sábado, 22 de noviembre de 2014

...y todos para uno.



D´Artagnan fue descrito por Alejandro Dumas: "como un joven de cara larga y atezada, pómulos salientes, ojos abiertos e inteligentes y nariz ganchuda, pero finamente diseñada, siendo demasiado grande para ser un adolescente, demasiado pequeño para ser un hombre hecho". Si el joven espadachín era el alma de los Tres Mosqueteros, Leo se convirtió en leyenda después de servir de punta de lanza para los mejores años de nuestra vida en blaugrana. Le vimos salir en aquel amistoso de Oporto, el día de su debut en Montjuic, e incluso hacer su primer gol a pase de Ronaldinho contra el Albacete, pero nunca imaginamos que nos devolvería el orgullo uniendo todas nuestras espadas a la suya, para que nunca perdamos la esperanza de devolverle la mirada en un terreno de juego. Porque Messi juega para todos y todos jugamos para él.

Aquel menudo extremo de larga melena, tiende a regresar a las posiciones originales para seguir manteniendo una sonrisa que no debió de perder nunca. Con el astro argentino campando a sus anchas en la zona noble del terreno rival, es capaz de sacar el mejor partido de las conexiones en ataque partiendo de una ligera caída al costado derecho. Ahora más que nunca, con la incursión de Suárez establecida en el equipo, Luis Enrique pone en marcha su planteamiento táctico. Como pudimos ver en el partido ante el Sevilla, la segunda parte de Almería toma forma, y el conjunto culé reúne sus armas ofensivas por el centro del ataque, abandonando la manida costumbre de llegar hasta línea de fondo por banda culminando las jugadas en fallidos centros al área. Alves, se siente más liberado al no tener que llevar el peso de las jugadas reduciendo sus intervenciones, y con unas transiciones más rápidas en la medular - idea que a Lucho le costará algún tiempo terminar de imponer -, Rakitic incrementa su juego, sirviendo de apoyo al tridente de arriba.

Y es que la calidad de los puntas es factor diferencial para esta temporada. Neymar, que ha demostrado en Brasil que puede salir del área para combinar en tres cuartos, poco a poco va asumiendo su nuevo rol, mientras que Luis Suárez puede fijar la marca de los centrales liberando el plan de Leo. De esta forma el rival no defiende cómodo pese a acumular efectivos en la zaga y no es capaz de salir al contragolpe porque recupera muy cerca de su portería. Incluso, el Barcelona se puede permitir apariciones sorpresa en segunda llegada con la velocidad de sus laterales, creando peligrosas ocasiones de gol propiciadas anoche por Jordi Alba. Vuelven los recursos, las soluciones con alternativas ofensivas, sacando mejor provecho de las características de todos los componentes del equipo.

El equipo en su conjunto se muestra más cómodo con este planteamiento. Rakitic, cuyo trabajo puede parecer oscuro en ocasiones, más allá de ser capaz de ganar área rival - como demuestra en el tercer tanto -, se convierte en un todo terreno que acapara un gran porcentaje de cancha. Con esta presión asfixiante, el Sevilla apenas pudo crear peligro a la contra perdiendo la friolera de 84 balones, propiciado por una alta presión en la que Xavi se muestra más suelto al no tener que ejercer la tensión defensiva de la mano de un Iniesta de similares características. Con vistas a Mestalla, pasando antes por Nicosia, no sería mala idea echar un vistazo a los buenos resultados que da la presión defensiva cuando juega uno de ellos y no los dos, como en el caso del Bernabéu.

Sea como fuere, se apagaron las luces del Camp Nou en una noche histórica para el recuerdo, en la que recuperamos sensaciones, no perdimos fuelle, y perseguimos la estela de un rival al que seguimos viendo rueda. Ganando conceptos y acoplándonos al nuevo proyecto, seguimos creciendo de la mano del que siempre nos llevó a las más altas cimas, partiendo del centro de gravedad más bajo. "Aún eres joven - le dijo Athos -, y tus amargos momentos tienen tiempo para convertirse en dulces recuerdos". Gracias Leo.




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