lunes, 24 de noviembre de 2014

Punto de Champions.



Con las aguas más calmadas y tras encadenar 3 victorias consecutivas, el FCBarcelona afronta este Martes el difícil compromiso ante el Apoel Nicosia. Y decimos complicado, porque echando un rápido vistazo observamos cómo el campo chipriota se ha mostrado rocoso a lo largo de toda la competición, donde el París Saint Germain solo pudo conseguir un sufrido triunfo tras un postrero gol de Cavanni y el Ajax sucumbió al empuje amarillo, que salió airoso y sin complejos tanto del Camp Nou como del Parque de los Príncipes, cayendo derrotado por la mínima. Con los cinco sentidos, la Champions League comienza a ganarse desde la inteligencia, con la astucia del que sabe que con un punto basta para llegar al último choque con todas las opciones intactas de ser cabezas de serie.

No se trata de echar el freno de mano, pero hablamos de no cometer los riesgos que el Apoel no piensa asumir. Los chipriotas, abanderados de las propias peculiaridades de su isla, navegan entre dos mundos compitiendo entre la élite europea más occidental, sin abandonar el espíritu bélico de sus vecinos orientales, con un marcado espíritu griego que impregna su fútbol de contención y lucha. Disciplinados hasta en el esquema, un rígido 4-4-2, se aferran a un doble pivote defensivo y a las constantes ayudas de los centrocampistas en las labores defensivas. Conocen sus defectos, los subsanan con rigor y organización, y disfrazan sus virtudes en una infinita paciencia que puede hacer desesperar al rival, en un estilo espartano muy definido.

Por eso, debemos usar la cabeza. Si bien el Apoel es un equipo defensivamente muy compacto, sus carencias ofensivas se agudizan por una velocidad no muy elevada en transición, lo que nos permitirá defendernos con solvencia ante los peligros más temidos de nuestra zaga. Puede ser un buen momento para introducir cambios arriba e imponer un poco más de rapidez a las bandas con Pedro o Munir, y solo por esta vez, llegar más con los laterales hasta línea de fondo. En la ida, Samper fue de la partida y no sería mala idea poder dar descanso a la maltrecha espalda de Busquets en un partido donde el pivote no va a estar muy exigido. Incluso, Mascherano podría ocupar dicha zona teniendo en cuenta que necesitaremos la altura de los centrales ante un rival más experimentado a pelota parada que mordiendo a los espacios. La duda cabe en los hombres que dispondrá Luis Enrique en el centro del campo para liberar a Messi en campo rival y que pueda sacar el periscopio en busca de jugosos balones al espacio, que harán más falta que nunca.

Lo cierto, es que afrontamos un partido largo, lento, espeso, y quizá poco vistoso para un espectador que buscará, al igual que todo el barcelonismo, ese punto de inflexión para encontrar la ruta ascendente al resto de la temporada. Y es que sin volvernos locos, basta un punto para pelear por el primer puesto del grupo sin necesidad de apretar en demasía, como para que el choque trascienda en consecuencias más negativas, aunque el Apoel intente agotar todas sus opciones de ser tercero de grupo. Por eso, en Europa cada punto cuesta mucho. Ese es el punto de la Champions League.


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