Vuelve la música de la Champions League al mítico Ámsterdam Arena, cuna de jóvenes compositores que inundan los campos de fútbol de toda Europa, y artífices en la sombra de los pentagramas más exitosos que produjeron los acordes más sonados por la ciudad Condal. Si bien su escuela nos trajo en el pasado las pautas de uno de los grandes directores de orquesta como Johan Cruyff, hoy día tenemos el gusto de disfrutar del estilo agresivo de Luis Suárez, famoso rockero curtido a orillas del Mar del Norte. Con un carácter más suave y con claros nexos de unión, los primos lejanos de la vieja Europa se vuelven a encontrar para afrontar la cuarta jornada del grupo de Champions League, que promete ser un concierto de alto riesgo.
La vida en la escuela continúa como siempre. Si bien los violinistas más benjamines comienzan con ilusión, cuando se abren un hueco en el panorama musical marchan en busca de fortuna en mejores coreografías. Este es el caso de un Ajax que hace un año logró imponer su ritmo al de un FCBarcelona en marcha triunfal, y que ahora se encuentra sin 7 de los principales artífices de la hazaña y con un conjunto azulgrana más apurado para acceder a la siguiente ronda como cabeza de serie, en plena búsqueda de un triunfo balsámico. Ciertamente parece sonar mal para las aspiraciones del equipo holandés, pero no debemos olvidar que ya resistió el envite a un París Saint Germain que terminó asediado y dando por bueno el empate, así como la imperiosa necesidad de apurar sus opciones de clasificación para los Octavos de Final, sin quitar el ojo a la Europa League.
La clave para los hombres de Luis Enrique es encontrar la inspiración de los primeros 20 minutos del partido en el Camp Nou, donde sonaron las mejores notas de la temporada en Europa. Como entonces, aprovechar la tendencia del Ajax a defender muy juntos en el centro (este año sin Blind, flamante fichaje del Manchester United), para aprovechar su debilidad en banda, abriendo más que nunca a Neymar por la izquierda, e incidiendo una vez más en las subidas de Alves y Alba por los laterales. Si bien el catalán no llega en plenas condiciones, no es descartable la incursión de Pedro por el flanco derecho en detrimento del vocalista uruguayo. Ganando la espalda de la defensa con falicidad, debería tomar la batuta Rakitic para imponer su propio solfeo, y sin ser precedente alguno, puede venir bien el estilo de Xavi para ganar cierta profundidad a la zaga.
Las opciones de Frank De Boer pasan por resistir defensivamente y salir rápido con la velocidad de sus interiores, posiblemente guiados por los puñales de Klassen o Sereno, aunque puede apostar por jugadores menos experimentados, cuestión relativamente recomendable a estas alturas de competición. Lucho seguramente apueste por la pareja Piqué-Mascherano ya que los tulipanes destacan más por morder al espacio que en juego aéreo, y quizás volvamos a sentarnos en las butacas sin ganas de ver a los mismos trotamúsicos de siempre, salvo que esta vez el escenario invita a ello con la esperanza de no desafinar ante una sintonía que siempre nos puso los pelos de punta.
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